POR: ESTHELA RAQUEL MORANTE GEORGIS.
Hacer deporte debe ser natural y cotidiano, tres o cuatro veces a la semana, 30 o 60 minutos de ejercicio pueden mejorar la salud y la calidad de vida, siempre y cuando en este nuevo estilo de vida se complemente con buena nutrición, se excluya el alcohol, tabaco, y otras clases de drogas.
Es responsabilidad del Estado, motivar la práctica deportiva en todos los niveles y es su obligación evitar publicidad que asocie el deporte con drogas, así sean lícitas, como la cerveza y otros bebidas alcohólicas, debe constar en la legislación vigente.
La práctica deportiva es fundamental para el ser humano, para los más pragmáticos, la mente y el cuerpo son interdependientes, nuestro cuerpo es un maravilloso laboratorio que estimulado positivamente a través del deporte produce sus propias drogas como las endorfinas cuyo efecto en nuestro cuerpo y mente es causar esa sensación de bienestar general, euforia, felicidad, y permite superar el dolor sin las consecuencias tóxicas de la farmacodependencia.
Los beneficios del deporte se los conocerá mejor, si se práctica el mismo en forma disciplinada y frecuente, comprenderá mucho más por experiencia propia. Vivimos en una época que se considera deseable ser joven, hacer deporte es una de las mejores alternativas, practicar toda clase de deportes aeróbicos y/o anaeróbicos, ayudan a prevenir enfermedades físicas y mentales, produce energía, belleza, conserva la salud y mejoran la calidad de vida.
El ejercicio a más de los beneficios físicos conocidos proporciona abundante cantidad de oxígeno, aumenta la capacidad respiratoria, elimina la angustia existencial, produce una ampliación de las fronteras de la conciencia, y proporciona una continua paz interior.
Comparto el pensamiento del deportista Jim Colvin: “para mí correr significa practicar una religión que refleja la vida en un microcosmos, que limpia al ser humano en su totalidad cuerpo y alma, permite una comunicación casi mística con la naturaleza, y todo nuestro ser, el deporte es gratificación y uno tiene momentáneamente motivo para bendecirse a sí mismo”. Personalmente considero: hacer deporte es una forma de orar a través del cuerpo y la mente, por eso se afirma: “mente sana en cuerpo sano”.